Friday, August 23, 2013

Adquirir su segunda lengua como la primera

¿Cómo aprendemos nuestro primer idioma durante la infancia? No por medio de un software audiovisual, ni tarjetas de vocabulario ni siquiera un libro de texto.  Un bebé, acurrucándose en el vientre de su mamá, aprende escuchando la voz de su progenitora.  Cuando entra en este mundo, se acostumbra a los sonidos, ritmos, gritos y música que hay en la casa y está atento a todo.  Los familiares hablan con la criatura usando frases sencillas, cantan, la enseñan cuáles son algunos objetos: el biberón, los juguetes, los animales. La ayudan a identificar a los familiares: mamá, papá, su hermano o hermanita, sus abuelitos. La alientan a repetir o a contestar, aunque en aquel momento no puede hacer nada más que arrullar, balbucear y hacer ñoñerías, pero esas cosas no les importan, con tal de que se pueda expresar verbalmente o con gestos o por lo menos  señalar con el dedito.  Con el paso de tiempo. el bebé crece rápidamente, pronuncia mejor y profiere bastante.  Con recorridos al parque, al supermercado, a las tiendas, la biblioteca, la guardería, el peque llega a entender un mundo fuera de los muros de la casa.  Sigue desarrollándose y nos da mucha sorpresa de cuánto aprende jugando con otros niños de su edad.  A los 5 o 6 añitos ya habla con soltura, aún antes de llegar al jardín de infantes...

Y así, eso es mi enfoque en la enseñanza de español.   Sé los problemas que los alumnos enfrentan con respecto a aprender su segundo idioma, así que me dedico a instruir español igual a la forma que aprendieron su lengua materna, comenzando con sus oídos; escuchar no más.  Luego, les doy palabras y frases simples que pueden pronunciar y repetir con facilidad:  Nombro cosas a su alcance y a su alrededor para que puedan empezar a platicar sobre el mundo en que andan.  Acepto errores.  Y, claro está, van a distraerse. No sigo a lo tradicional, sino utilizo métodos novedosos.  No me centro tanto en la pesada rutina de memorizar conjugaciones verbales, sino estimulo sus mentes con material vivo y relevante que les anima a abrirse y hablar en español acerca de temas familiares y/o personales. Los capacito a ampliar su imaginación fuera de las aulas, hacia lo ajeno.  Las clases tienen sus límites, sirven de trampolín para preparar los estudiantes a sumergirse en la lengua.  Pasan de hablar en la clase a tener la confianza de comunicarse en el mundo real, o mejor, viajar a un país de habla hispana, adaptarse a una cultura extranjera, aventurarse, juntarse con sus coetáneos hispanos y pasarlo super bien.

Y así llegarás a dominar el español...

Saturday, August 3, 2013

Metas comunicativas

Bien, quieres aprender español, pero ¿por qué?   Desde luego, las clases son divertidas, te encanta la cultura hispana y tienes más posibilidades de conseguir trabajo si eres bilingüe, pero estos motivos son superficiales. No tener un propósito es problematico porque muchos estudiantes se quedan con "aprender" el idioma y no se centran en, o temen, la comunicación, la que es más importante. He visto muchos alumnos pasar sus años en la clase estudiando español, pero no lo hablan ni practican fuera del campus. Otros, agobiados por tantas conjugaciones y desafíos lingüísticos, pierden interes en sus estudios. Hay aquellos que toman un semestre al extranjero, en un país hispanoparlante, pero optan por la comodidad de inglés, frecuentando solamente con otros gringos y regresan a casa sin poder decir ni una sola frase en español.  Y cuando se gradúan con un título en español y tratan de entrar en el mundo laboral, se dan cuenta que es inútil poner "bilingüe" en su CV porque no pueden dominar el español, porque en realidad, solo fueron obligados a hablar en clase cuando tuvieron que hacer una exposición o una examen oral.  Es así todo lo anterior porque la idea de adquirir la lengua española fue no más que un estudio: leer un libro de texto e ir a clase.

Es mejor preguntar: ¿por qué deseas "hablar" en español?  Así tendrías que dar una respuesta más personal: para platicar con mis amigos o vecinos; para prepararme para un viaje a España; para tener conversaciones con mis clientes, empleados o socios; para coquetear con una novia o un galan hispano etc. Así estás fijando una meta a la fluidez. Pero, ¿por dónde comenzar?  Primero, es importante que dejes de tener miedo de expresarte y de cometer errores en una conversación. Aventura fuera de tu elemento. Interactúa más con tu profesor y otros estudiantes en español. Atrévete a practicar lo que has aprendido en clase platicando con los hispanos en tu comunidad, sea con alguien que conoces o en un encuentro fortuito en el parque o el supermercado. Únete a las tertulias en la biblioteca local o los grupos de conversación en línea (como Spanish Hangout en Google+).

Fijar metas comunicativas te puede motivar a hablar en español con confianza, así como tambien enriquecer el aprendizaje e intensificar tu pasión.